25 noviembre 2006

LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACION DEL FUTURO


por EDGAR MORIN

La educación que queremos. Ciclo de conferencias de la Fundación Santillana


1. Una educación que cure la ceguera del conocimiento.

Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. La educación del futuro debe contar siempre con esa posibilidad. El conocimiento humano es frágil y está expuesto a alucinaciones, a errores de percepción o de juicio, a perturbaciones y ruidos, a la influencia distorsionadora de los afectos, al imprinting de la propia cultura, al conformismo, a la selección meramente sociológica de nuestras ideas, etc.

Se podría pensar, por ejemplo que, despojando de afecto todo conocimiento, eliminamos el riesgo de error. Es cierto que el odio, la amistad o el amor pueden enceguecernos, pero también es cierto que el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad. La afectividad puede oscurecer el conocimiento pero también puede fortalecerlo.

Se podría también creer que el conocimiento científico garantiza la detección de errores y milita contra la ilusión perceptiva. Pero ninguna teoría científica está inmunizada para siempre contra el error. Incluso hay teorías y doctrinas que protegen con apariencia intelectual sus propios errores.

La primera e ineludible tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento. Debemos enseñar a evitar la doble enajenación: la de nuestra mente por sus ideas y la de las propias ideas por nuestra mente. "Los dioses se nutren de nuestras ideas sobre Dios, pero inmediatamente se tornan despiadadamente exigentes". La búsqueda de la verdad exige reflexibilidad, crítica y corrección de errores. Pero, además, necesitamos una cierta convivencialidad con nuestras ideas y con nuestros mitos. El primer objetivo de la educación del futuro será dotar a los alumnos de la capacidad para detectar y subsanar los errores e ilusiones del conocimiento y, al mismo tiempo, enseñarles a convivir con sus ideas, sin ser destruidos por ellas.

2. Una educación que garantice el conocimiento pertinente

Ante el aluvión de informaciones es necesario discernir cuáles son las informaciones clave. Ante el número ingente de problemas es necesario diferenciar los que son problemas clave. Pero, ¿cómo seleccionar la información, los problemas y los significados pertinentes? Sin duda, desvelando el contexto, lo global, lo multidimensional y la interacción compleja.

Como consecuencia, la educación debe promover una "inteligencia general" apta para referirse al contexto, a lo global, a lo multidimensional y a la interacción compleja de los elementos. Esta inteligencia general se construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de los mismos. Su configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver problemas. Para ello, la inteligencia utiliza y combina todas las habilidades particulares. El conocimiento pertinente es siempre y al mismo tiempo general y particular. En este punto, Morin introdujo una "pertinente" distinción entre la racionalización (construcción mental que sólo atiende a lo general) y la racionalidad, que atiende simultáneamente a lo general y a lo particular.

3. Enseñar la condición humana

Una aventura común ha embarcado a todos los humanos de nuestra era. Todos ellos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo lo humano. Conocer el ser humano es situarlo en el universo y, al mismo tiempo, separarlo de él. Al igual que cualquier otro conocimiento, el del ser humano también debe ser contextualizado: Quiénes somos es una cuestión inseparable de dónde estamos, de dónde venimos y a dónde vamos.

Lo humano es y se desarrolla en bucles: a) cerebro- mente- cultura; b) razón - afecto - impulso; c) individuo - sociedad -especie. Todo desarrollo verdaderamente humano significa comprender al hombre como conjunto de todos estos bucles y a la humanidad como una y diversa. La unidad y la diversidad son dos perspectivas inseparables fundantes de la educación. La cultura en general no existe sino a través de las culturas. La educación deberá mostrar el destino individual, social, global de todos los humanos y nuestro arraigamiento como ciudadanos de la Tierra. Éste será el núcleo esencial formativo del futuro.

4. Enseñar la identidad terrenal

La historia humana comenzó con una dispersión, una diáspora de todos los humanos hacia regiones que permanecieron durante milenios aisladas, produciendo una enorme diversidad de lenguas, religiones y culturas. En los tiempos modernos se ha producido la revolución tecnológica que permite volver a relacionar estas culturas, volver a unir lo disperso... El europeo medio se encuentra ya en un circuito mundial del confort, circuito que aún está vedado a tres cuartas partes de la humanidad. Es necesario introducir en la educación una noción mundial más poderosa que el desarrollo económico: el desarrollo intelectual, afectivo y moral a escala terrestre.

La perspectiva planetaria es imprescindible en la educación. Pero, no sólo para percibir mejor los problemas, sino para elaborar un auténtico sentimiento de pertenencia a nuestra Tierra considerada como última y primera patria. El término patria incluye referencias etimológicas y afectivas tanto paternales como maternales. En esta perspectiva de relación paterno- materno- filial es en la que se construirá a escala planetaria una misma conciencia antropológica, ecológica, cívica y espiritual. "Hemos tardado demasiado tiempo en percibir nuestra identidad terrenal", dijo Morin citando a Marx ("la historia ha progresado por el lado malo") pero manifestó su esperanza citando en paralelo otra frase, en esta ocasión de Hegel: "La lechuza de la sabiduría siempre emprende su vuelo al atardecer."

5. Enfrentar las incertidumbres

Todas las sociedades creen que la perpetuación de sus modelos se producirá de forma natural. Los siglos pasados siempre creyeron que el futuro se conformaría de acuerdo con sus creencias e instituciones. El Imperio Romano, tan dilatado en el tiempo, es el paradigma de esta seguridad de pervivir. Sin embargo, cayeron, como todos los imperios anteriores y posteriores, el musulmán, el bizantino, el austrohúngaro y el soviético. La cultura occidental dedicó varios siglos a tratar de explicar la caída de Roma y continuó refiriéndose a la época romana como una época ideal que debíamos recuperar. El siglo XX ha derruido totalmente la predictividad del futuro como extrapolación del presente y ha introducido vitalmente la incertidumbre sobre nuestro futuro. La educación debe hacer suyo el principio de incertidumbre, tan válido para la evolución social como la formulación del mismo por Heisenberg para la Física. La historia avanza por atajos y desviaciones y, como pasa en la evolución biológica, todo cambio es fruto de una mutación, a veces de civilización y a veces de barbarie. Todo ello obedece en gran medida al azar o a factores impredecibles.

Pero la incertidumbre no versa sólo sobre el futuro. Existe también la incertidumbre sobre la validez del conocimiento. Y existe sobre todo la incertidumbre derivada de nuestras propias decisiones. Una vez que tomamos una decisión, empieza a funcionar el concepto ecología de la acción, es decir, se desencadena una serie de acciones y reacciones que afectan al sistema global y que no podemos predecir. Nos hemos educado aceptablemente bien en un sistema de certezas, pero nuestra educación para la incertidumbre es deficiente. En el coloquio, respondiendo a un educador que pensaba que las certezas son absolutamente necesarias, Morin matizó y reafirmó su pensamiento: "existen algunos núcleos de certeza, pero son muy reducidos. Navegamos en un océano de incertidumbres en el que hay algunos archipiélagos de certezas, no viceversa."

6. Enseñar la comprensión

La comprensión se ha tornado una necesidad crucial para los humanos. Por eso la educación tiene que abordarla de manera directa y en los dos sentidos: a) la comprensión interpersonal e intergrupal y b) la comprensión a escala planetaria. Morin constató que comunicación no implica comprensión. Ésta última siempre está amenazada por la incomprensión de los códigos éticos de los demás, de sus ritos y costumbres, de sus opciones políticas. A veces confrontamos cosmovisiones incompatibles. Los grandes enemigos de la comprensión son el egoísmo, el etnocentrismo y el sociocentrismo. Enseñar la comprensión significa enseñar a no reducir el ser humano a una o varias de sus cualidades que son múltiples y complejas. Por ejemplo, impide la comprensión marcar a determinados grupos sólo con una etiqueta: sucios, ladrones, intolerantes. Positivamente, Morin ve las posibilidades de mejorar la comprensión mediante: a) la apertura empática hacia los demás y b) la tolerancia hacia las ideas y formas diferentes, mientras no atenten a la dignidad humana.

La verdadera comprensión exige establecer sociedades democráticas, fuera de las cuales no cabe ni tolerancia ni libertad para salir del cierre etnocéntrico. Por eso, la educación del futuro deberá asumir un compromiso sin fisuras por la democracia, porque no cabe una comprensión a escala planetaria entre pueblos y culturas más que en el marco de una democracia abierta.

7. La ética del género humano

Además de las éticas particulares, la enseñanza de una ética válida para todo el género humano es una exigencia de nuestro tiempo. Morin volvió a presentar el bucle individuo - sociedad - especie como base para enseñar la ética venidera.

En el bucle individuo -- sociedad surge el deber ético de enseñar la democracia. Ésta implica consensos y aceptación de reglas democráticas. Pero también necesita diversidades y antagonismos. El contenido ético de la democracia afecta a todos esos niveles. El respeto a la diversidad significa que la democracia no se identifica con la dictadura de la mayoría.

En el bucle individuo - especie Morin fundamenta la necesidad de enseñar la ciudadanía terrestre. La humanidad dejó de ser una noción abstracta y lejana para convertirse en algo concreto y cercano con interacciones y compromisos a escala terrestre.

Palabras finales

Morin dedicó los últimos minutos de su conferencia a postular cambios concretos en el sistema educativo desde la etapa de primaria hasta la universidad: la no fragmentación de los saberes, la reflexión sobre lo que se enseña y la elaboración de un paradigma de relación circular entre las partes y el todo, lo simple y lo complejo. Abogó por lo que él llamó diezmo epistemológico, según el cual las universidades deberían dedicar el diez por ciento de sus presupuestos a financiar la reflexión sobre el valor y la pertinencia de lo que enseñan.

Edgar Morin es Ex director de l'École des Hautes Études en Sciencies Sociales. Paris.

23 noviembre 2006

EN EL REINO DEL SOL


Machu Picchu, ciudad sagrada de los incas
Por Frei Betto


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En 1911 un arqueólogo estadounidense, Hiram Bingham, de 38 años, descubrió Machu Picchu, santuario inca situado en la región del alto Amazonas peruano. Hace unos días estuve allí. No hay ningún otro vestigio de la Amerindia que se pueda comparar a la belleza fastuosa de ese lugar pegado al cielo.

El imperio inca duró dos siglos (1300-1532), jefeado por una dinastía de doce incas, palabra que significa rey o emperador, todos ellos venerados por sus súbditos como hijos del dios Sol.

Los conquistadores españoles, aunque numéricamente inferiores, lograron destruir, en el siglo 16, una de las más sofisticadas civilizaciones indígenas. Movidos por el ansia de oro y plata, que para los incas sólo tenían valor ornamental, y por una óptica religiosa que juzgaba como idólatras todas las creencias no católicas, los secuaces de Pizarro exterminaron a los incas. Se aseguraron la victoria gracias a la superioridad de sus armas, como arcabuces y cañones, y a las dimensiones internas de un reino dividido entre dos hermanos, Atahualpa y Huáscar. Si los españoles hubieran llegado en 1450 la historia sería distinta.

Maravillados con el esplendor de Cuzco, capital del imperio inca, la más populosa ciudad de la Amerindia, los conquistadores se entrevistaron con los sobrevivientes del holocausto indígena (que sacrificó en todo el Continente, sólo en el primer siglo después del desembarco de Colón, cerca de 25 millones de nativos). Ni siquiera los ancianos mayores de noventa años hicieron ninguna mención de Machu Picchu.

Se supone que apenas un selecto grupo de la nobleza inca tenía conocimiento de la existencia de la ciudad sagrada, toda de granito, madera y fibras vegetales, erguida a 2.350 metros de altitud, en el ápice de un conjunto de escarpadas montañas de extraordinaria exhuberancia, en la más inaccesible región de los Andes. Edificada posiblemente a mediados del siglo 15 para servir de refugio a la nobleza inca, amenazada por tribus amazónicas, Machu Picchu albergaba a nobles, científicos (astrónomos, botánicos, médicos, etc.), sacerdotes y vírgenes consagradas al Sol. Allí vivió, con certeza, Tupac Amaru, el último emperador inca, asesinado por los españoles en 1572.

En todo el reino, que se extendía desde el Ecuador hasta Chile, las más hermosas niñas de 8 y 9 años eran recluidas perpetuamente, dedicadas a confeccionar vestidos y utensilios domésticos. Algunas, después de los 16 años, eran desposadas por nobles o añadidas al harén de concubinas del emperador. Otras sacrificadas al dios Sol en ceremonias religiosas. Y un tercer grupo permanecía toda su vida apartado de la convivencia social. Es posible que Machu Picchu haya sido, sobre todo, un santuario de vírgenes; y que, no habiendo dejado descendientes, se haya difuminado en los siglos posteriores la memoria de su existencia.

Impresiona en la ciudad-santuario la perfecta armonía entre la obra humana y la naturaleza. Los incas consideraban los accidentes geográficos entidades vivas y tenían un agudo sentido del equilibrio ecológico. Poseían avanzados conocimientos astronómicos, comprobados por la localización y arquitectura de los templos de Pachu Picchu, cuyas ventanas señalan con precisión los cambios de estaciones. La agricultura se hacía en terrazas simétricas siguiendo la curvatura de las montañas y por allí, todavía hoy, habitan las llamas, animales usados para el transporte de carga y que proveen de lana y cuero.

Entre los documentos que atestiguan la historia del imperio inca destacan los “Comentarios reales”, de Garcilaso de la Vega (1539-1616), hijo de un capitán español y una princesa inca. Nacido en Cuzco, nos ha dejado un estupendo resumen de los relatos oídos y recogidos acerca de la saga inca. E Hiram Bingham escribió “La ciudad perdida de los incas”, en la cual relata cómo descubrió Machu Picchu.

El acceso a la ciudad sólo es posible a pie, por el sendero de los incas (cuatro días de camino desde Cuzco hasta allá) o por ferrocarril, controlado por la Perurail, cedida a los ingleses durante cuarenta años. El viaje por tren, lento, lleva cuatro horas, eso si los pasajeros tienen más suerte que yo y no se encuentran con un piquete de peruanos que, como protesta contra la concesión dada a los ingleses, exigen también el derecho de explotar vías alternativas, como la apertura de una carretera a través de los desfiladeros andinos.

Si alguna vez existió la utopía evocada por Tomás Moro, Campanella y Marx, de una sociedad en la que todos tenían sus derechos plenamente asegurados, sin duda ésa sería Machu Picchu. Allí se trabajaba para beneficio común, sin que hubiera salario ni pobreza. Y cuando los incas miraban el esplendor de aquellas majestuosas montañas, con sus escarpadas laderas y profundos desfiladeros, divisaban algo más que la belleza natural: veían allí a la Pacha Mama, la Madre Tierra, de cuyo seno extraían vida y a la que daban culto. (Traducción de J.L.Burguet)

- Frei Betto es escritor brasileño, autor de “Sinfonía universal. La cosmovisión de Teilhard de Chardin”, entre otros libros.

18 noviembre 2006

RED DE PROGRESISTAS ESPIRITUALES



Por Michael Nagler

En el folklore espiritual de la India hay una imagen recurrente de la Madre Tierra, que se encontraba incapaz de soportar los sufrimientos causados por los seres humanos, y que por lo tanto fue a ver al Señor Vishnu para rogarle alivio. Esta imagen fue invocada años atrás por Ammachi, una de los más populares maestras espirituales vivientes de la India, cuando advirtió que el abuso de la Tierra por parte de las economías modernas llevaría pronto a un contragolpe si no aprendíamos a vivir sensiblemente — es decir, con liviandad — sobre el planeta que nos dio a luz.

Luego llegó Katrina. En cada nivel — desde el calentamiento global que probablemente incrementó la severidad del huracán, pasando por la devastación ecológica causada por la inundación y el escandaloso abandono de los pobres de la ciudad, hasta la severidad del diluvio — éste es un desastre causado por el hombre. Y no el último. Bill McKibben ahora advierte que “New Orleans... se asemeja en mucho al planeta que habitaremos por el resto de nuestras vidas.” No puedes culparlo por este pesimismo; la gente que parece intoxicada con su propia necedad imprudente ha desencadenado una devastadora bola de codicia y violencia en contra del milagroso sistema de soporte vital que es nuestra Tierra, causando ya un daño en cada nivel, desde nuestro ADN hasta el clima.

Como la mayoría de los mitos, la historia de la Madre Tierra yendo a pedirle ayuda a Vishnu contiene una sabiduría que puede ser traducida a términos modernos: cuando las cosas se ponen tan mal, dice la historia, sólo la energía espiritual puede salvarnos. Existe evidencia de que muchos de nosotros nos sentimos así.

En Julio de 2005, el rabino Tikkun Michael Lerner, junto conmigo y muchos otros, nos convocamos en una reunión de más de 1,200 participantes para una Conferencia sobre Activismo Espiritual. El número hubiera sido mayor, pero tuvimos que cerrar la inscripción dos semanas antes porque habíamos completado el espacio asignado.

El entusiasmo no es difícil de comprender. En parte se debió a una reacción instintiva al secuestro del Cristianismo por parte de la Derecha Religiosa para apoyar políticas que están, de hecho, condenadas por la sabiduría tradicional de todas las culturas — no es la primera vez que esto le ha sucedido a esta religión, por demás aceptable. Como dijo el pastor Evangélico Jim Wallis, editor de la revista Sojourners y un destacado orador en la Conferencia sobre Activismo Espiritual, “Cuando están robando tu fe, te defiendes.”

Pero hay una razón más profunda y positiva, que consiste en la creciente esperanza de que el “activismo espiritual” pudiera ser justo el ingrediente faltante, el pararrayos, para galvanizar al movimiento progresista y ayudarlo a cambiar radicalmente las cosas.

¿Qué es el activismo espiritual?

El activismo espiritual surge de la conciencia de la interconexión — para algunos, de la unidad — de toda la vida. Esta conciencia puede tener poco que ver con tu afiliación religiosa formal.

Un poderoso ejemplo es la TPNI, siglas en inglés de “Intervención No-violenta de Terceras Partes”, en el cual los voluntarios ingresan en los conflictos para intervenir entre las partes, incluso al grado de interponerse ellos mismos en persona, si es necesario. Allí encontrarás grupos explícitamente basados en la fe, como los Equipos Pacificadores Cristianos, Fe y Resistencia de Michigan, y los Equipos de Paz Musulmán recientemente formados en Irak, trabajando junto a grupos seculares tales como las venerables Brigadas Internacionales de la Paz. Pero todos ellos están haciendo lo mismo, una tarea muy espiritual: están arriesgando sus vidas por los “extraños.”

Muchas personas a lo largo de un amplio espectro de creencias políticas y religiosas han sido conmovidas por una experiencia de interconexión; un Marine estadounidense que estaba distribuyendo comida a las víctimas del tsunami en Banda Aceh dijo, “He estado sirviendo a mi país por 34 años, y nunca había recibido tanto de este trabajo como lo que estoy recibiendo hoy.”

Cuando el movimiento progresista aprenda cómo sincronizarse con el poder de esta visión, ten cuidado. Porque el activismo espiritual tiende, entre otras cosas, a unificar allí donde las afiliaciones religiosas dividen, ofreciendo así una “salida del atolladero” en los debates actuales, frecuentemente estériles, entre “Izquierda” y “Derecha.”

Un centenar de flores en búsqueda de un jardín

De hecho, la mayoría de los progresistas ya están actuando desde una percepción de que la vida es un todo interconectado. Observa por ejemplo los proyectos existentes para lograr una economía más justa. La gente que trabaja en micro-préstamos, comercio justo, y esfuerzos parecidos, lo hace desde una profunda intuición de solidaridad con sus semejantes.

Más aún, aquellos que están envueltos en experimentos de vida sencilla, comunidades intencionales, monedas locales y sistemas de trueque, no sólo están re-distribuyendo la riqueza, sino también redefiniéndola. En vez de definir su riqueza personal en términos de lo que poseen, están calculando su riqueza por la calidad de sus relaciones y por sus experiencias significativas. Todos ellos son activistas espirituales en el sentido recién definido, y así también lo son aquellos trabajando en proyectos progresistas en muchas otras áreas.



¿Por qué su energía colectiva no está prevaleciendo?

Porque, me parece, todavía carecemos de un marco (al decir de mi colega, George Lakoff) con el cual abrazar todos estos proyectos y darles significado y coherencia. Pero no creo que estemos lejos de encontrar uno.

Si lees el clásico de Gandhi “Satyagraha en Sudáfrica”, encontrarás un comentario engañosamente simple desde el mismo principio de su carrera político-espiritual en 1894: “La cuestión del mejoramiento interno fue también tomada en cuenta.”

En otras palabras, aún cuando él estaba movilizando a sus compatriotas Indios para resistir la explotación sufrida por parte del gobierno eurocéntrico de Natal, él vio que había un trabajo constructivo para ser hecho dentro de su misma comunidad. Así nació el célebre “Proyecto Constructivo”, que instruyó y brindó poder a su lucha durante los 30 años que le tomó doblegar a los británicos.

Imagina que se hace realidad

Una Red de Progresistas Espirituales se originó por la conferencia de Julio, con capítulos en dos docenas de ciudades y grupos de jóvenes, profesionales, y miembros de los partidos Demócratas y Verde formando comisiones electorales.

La Red está además desarrollando una campaña para identificar y etiquetar los productos que son sanos para la gente y para el planeta, producidos de forma ética. Y un grupo se está formando para contrarrestar el “Frenesí Consumista”, especialmente cerca de los días festivos.

Ahora imagina que fuéramos a tomar el siguiente paso. Imagina si, en vez de decir, “Saquen a las tropas y a las corporaciones de Irak ahora”, fuéramos a decir, “Saquen a las tropas de Irak en X meses o enfrentarán desobediencia civil masiva.” En otras palabras, imagínalo haciéndose realidad.

Visualízate gastando esos meses intermedios en un intenso entrenamiento para la desobediencia civil, incluyendo el contacto con partes neutrales—o incluso hostiles—para explicar nuestra alternativa.

Y ahora imagina que en verdad estamos realizando esa alternativa, que construimos una vida sustentable con relaciones espirituales entre nosotros mismos y el mundo, basadas en el contacto con nuestra más profunda individualidad; una economía justa; seguridad alimentaria; justicia restaurativa; una saludable base imponible que obtenga recursos de aquellos que pueden enfrentarlo; experimentos “fuera del sistema” tales como intercambios sin dinero; medios descentralizados y verdaderas comunidades; micro-préstamos y bancos comunitarios; agricultura sostenida por la comunidad; desmilitarización; descomercialización — todos los proyectos informados desde las páginas de esta revista.

Estaríamos haciendo nada más ni nada menos que recreando el famoso movimiento de Gandhi. Combinaríamos el “Proyecto Constructivo” — para él, edificación de aldeas, empresas familiares, fortalecimiento del rol de la mujer y los otros 15 proyectos siempre presentes detrás de las acciones obstructivas llevadas a cabo cuando la ocasión lo demandaba — con Satyagraha, o acción obstructiva definitiva. Visto bajo esta luz, un ambientalista salvando los bosques y un activista “cruzando la línea” en la Escuela de las Américas en Fort Benning ya son parte del mismo movimiento. Ha llegado el momento de ser conscientes de esto. El conocimiento de la interconexión de nuestro trabajo, tiene poder.



Pero algo más debe suceder si vamos a capturar la energía espiritual que deseamos y mantener estos dos modos de acción en equilibrio. Aquellos envueltos en ambos trabajos, obstructivo y constructivo, necesitan mejores enlaces con los practicantes abiertamente espirituales entre nosotros. Esto incluye a la gente de la Confraternidad Budista de Paz, quienes han estado trabajando activamente en prisiones y en contra de la pena de muerte desde que el grupo fue fundado por Thich Nhat Hanh en 1978; los jóvenes del más reciente “nuevo monacato” — suburbanitas evangélicos que, inspirados por estudiantes de la Eastern University que se unieron a 40 familias sin hogar que estaban siendo expulsadas de una iglesia en 1996, han comenzado a formar comunidades intencionales para contrarrestar el materialismo, viviendo ellos mismos con los más necesitados; incluso los meditadores en sus cuartos — o en sus ashrams, o en sus sanghas, o en sus retiros de “plegarias de silencio”, en pleno desierto. Deberíamos comprender ahora que aún cuando no están involucradas en ninguna acción aparente, estas personas están cambiando al mundo, al menos ayudando a mantener nuestro activismo no-violento y relevante a nuestras acciones constructivas.

Ya estamos, en cierta manera, muy cerca de este tipo de movimiento. Sólo necesitamos estar más coordinados, incluso (es difícil decirlo) organizados, para que podamos no sólo sobrepasar nuestra desconfianza mutua, sino también decidir juntos cuándo tomar parte del “Proyecto Constructivo”, cuándo invocar la desobediencia civil, y cuándo empeñarnos en ambos modos.

En el tipo de movimiento espiritual progresista que parece estamos buscando a tientas, estaríamos “unidos desde el corazón” no sólo por nuestro sentido de un propósito en común, no sólo por la visión general que seríamos capaces de articular, sino también por nuestro compromiso con una nueva visión espiritual (que también podríamos articular) de lo que significa estar vivo y ser humano sobre este planeta.

Es este el movimiento el cual — en palabras de Arundhati Roy — casi podemos oír respirando en el activismo espiritual que intenta nacer a nuestro alrededor.
Creo que podemos hacerlo funcionar.

No es que pudiéramos permitirnos fracasar.




Michael Nagler es el autor de Search for a Nonviolent Future (“La Búsqueda de un Futuro No-violento”), Inner Ocean (“Océano Interior”), y Our Spiritual Crisis (“Nuestra Crisis Espiritual”).

12 noviembre 2006

AUROVILLE (INDIA), LA CIUDAD QUE EL MUNDO NECESITA

Por Lalit Kishor Bhati
Departamento de Servicios de Planeación Urbana
Auroville, India


"Todos los problemas de la humanidad son esencialmente
los problemas de armonía" — Sri Aurobindo













La sostenibilidad es una necesidad requerida, pero al mismo tiempo es un proceso que hace referencia al desarrollo de una nueva mentalidad que permita la coexistencia armónica entre todos. Es en estos momentos que se vuelve sumamente importante cuestionarse si el rompecabezas del desarrollo sostenible puede armarse sin considerar el énfasis y el esfuerzo para cambiar la conciencia del hombre. Una conciencia despierta puede alcanzarse por medio de la iniciativa y la participación colectiva. El concepto de la sostenibilidad es un llamado a las visiones comunes y a las iniciativas ecológicas integrales.

El Congreso Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo Sostenible es un camino innovador para documentar, compartir y diseminar la experiencia en los trópicos. Es interesante notar que muchas de las áreas/países/culturas que se han desarrollado en este "cinturón", han tenido una vibrante tradición de convivencia con la naturaleza y, al mismo tiempo, han sabido desarrollar un sentido y manera especial de responder a problemas emergentes.

Esta fuerza armónica es un cimiento fuerte en estas culturas/sociedades/sistemas vivos, representando tal vez, claros indicadores para el desarrollo sostenible donde lecciones pueden ser aprendidas y replicadas. La ciudad de Auroville es uno de esos lugares en los trópicos que logran inspirar de una manera humana.

Todo comenzó con un sueño, que se considera como la inspiración y el punto de partida para Auroville. En 1954, Mirra Alfassa, conocida también como La Madre y fundadora de la ciudad, tuvo la visión "de un lugar sobre la Tierra donde ninguna nación pueda adjudicarse como su propiedad, un lugar donde todo ser humano de buena voluntad y sincero en sus aspiraciones, pueda vivir libremente como ciudadano del mundo obedeciendo a una sola autoridad, la de la verdad suprema".

Establecida oficialmente en 1968, se le considera como una ciudad internacional y se localiza al sur de la India, cerca de Pondicherry. Debido a sus ideales, enfoques innovadores y experimentación en varias disciplinas de la vida, el nombre de Auroville se ha convertido en sinónimo de un estilo de vida comunitario sostenible.


Fue una tierra árida e infértil la que se transformó poco a poco para dar paso a un bosque productivo, convirtiéndose en un ambiente habitable para todos. Ahora la ciudad pertenece a la humanidad, es un lugar para la educación permanente y el progreso constante, es un puente entre el pasado y el futuro, y será un espacio para la exploración espiritual y material para permitir una unidad humana.

La ciudad tiene una población meta de 50 mil personas y urbanamente se ha estructurado en forma circular, rodeada por un cinturón verde que cubre cerca de 20 kilómetros cuadrados. Hasta el día de hoy viven dos mil aurovileanos quienes representan a más de 40 nacionalidades del mundo entero.

Los cerca de mil adultos que viven en Auroville realizan programas de capacitación y entrenamiento de alta calidad, además de generar empleos para las cinco mil personas que provienen de las zonas rurales aledañas.

La estructura legal de Auroville es uno de los factores clave que han contribuido a las actividades sostenibles del lugar. Como ciudad, ha recibido el reconocimiento de la UNESCO y en 1988 el gobierno de la India aprobó el Acta de Fundación de Auroville para salvaguardar el desarrollo deseado.

Sus residentes conforman grupos de trabajo dedicados a colaborar en diferentes áreas. Se han enfocado a fortalecer la autoorganización y la educación alternativa "sin certificación", "economía sin dinero", mano de obra que no represente contaminación para el medio ambiente y unidades comerciales orientadas al servicio.


Los aurovileanos también se caracterizan por aventurarse en el uso y experimentación de energías renovables, manejo de recursos naturales, restauración ecológica, agricultura orgánica, manejo de desechos sólidos y líquidos, y en la implementación de sistemas de comunicación efectivos y eficientes, como internet, intranet y telefonía, entre otros.


El concepto aurovileano ha atraído a investigadores, estudiantes y profesionales de todo el mundo para aprender e intercambiar experiencias de este "laboratorio viviente". Por ejemplo, su arquitectura es muestra de una forma innovadora y desafiante de planificación y diseño urbano, que invoca una visión futurista de construcción.

También es interesante la manera en que como ciudad se ha relacionado con las poblaciones nativas colindantes, y la forma en que ha tomado la iniciativa y un papel activo para la planeación biorregional. Se convierte también una reflexión de lo que debe hacer toda sociedad en crecimiento para fortalecer el camino de la sostenibilidad, el hecho de que grupos pequeños de personas se involucren en investigaciones y estudios que produzcan contribuciones para el desarrollo.


Recientemente, Auroville concluyó exitosamente dos proyectos que le permiten ahora a la ciudad contar con bases de datos apropiadas y detalladas de sistemas de información geográfica para el análisis y planteamiento de soluciones para los siguientes cinco años en materia de agua potable, energía, infraestructura comunitaria, y para los sectores de tráfico y transporte.


Tomando en cuenta que la colectividad y la participación comunitaria son los elementos clave para el modo de vida aquí, entre la sociedad aurovileana se ha preparado un Plan Maestro que funcionará como base para los futuros planes de desarrollo.


Desde el principio, la ciudad ha trabajado constantemente con el exterior, principalmente en actividades relacionadas con el fortalecimiento de capacidades y procesos de replicabilidad. Se ha capacitado a oficiales gubernamentales, administradores estatales y locales, organizaciones no gubernamentales, institutos, estudiantes (nacionales e internacionales) en actividades diversas sostenibles, y se han prestado servicios de consultoría.

Tal es el caso del gobierno del estado indio Tamil Nadu, que después de ser afectado por los eventos recientes del tsunami en la zona, se puso en contacto con Auroville para que le proporcionara dirección técnica relacionada con el diseño de refugios.

De igual manera se ha interactuado con las agencias centrales y estatales de otros países para gestionar un "Centro de Recursos" que brinde demostraciones exitosas para elevar el conocimiento en diversas áreas. Siempre existe algún programa/conferencia/taller/curso que resulta benéfico para todos.

La ciudad de Auroville con 38 años de edad, es una sociedad establecida con gente de todas partes del mundo que trabaja tranquila pero intensamente en la construcción de una nueva sociedad, una nueva forma de vida, una nueva forma de ser. Aquí se está investigando de manera constructiva las soluciones a las dificultades de la humanidad. Auroville tiene mucho que contribuir, pero también todavía tiene mucho que aprender.

LA CIUDAD QUE INTENTA SER PERFECTA

Por María Teresa Morresi

02/11/06

Carl Sagan decía que es preciso invertir en ciudades experimentales para crear sistemas innovadores capaces de proponer diferentes formas de convivencia, educación, trabajo y arquitectura, experiencias que permitan mejorar la calidad de vida de la gente y servir como modelos replicables o inspiradores.

Uno de esos espacios que abraza la fantasía humana como lugar ideal es Auroville, ciudad también llamada de la luz y de la aurora , al sur de la India, a diez kilómetros de Pondicherry.

Fue inaugurada el 28 de febrero de 1968, en presencia del presidente de la India, en una ceremonia en la que jóvenes representantes de 124 países y 23 estados de esa nación colocaron un puñado de su tierra natal en una urna, como símbolo de unidad.

Esta es una prueba piloto para crear una ciudad que promueva un sistema comunitario en el que prevalezca la importancia del ser más que del tener, la espiritualidad en los vínculos y la fraternidad. Su fin es crear propuestas que favorezcan un entendimiento global por medio del reconocimiento de la diversidad de culturas.

Ambicioso proyecto, Auroville se inspira en los pensamientos del filósofo y poeta Sri Aurobindo (ver recuadro adjunto).

La ciudad

Diseñada por el arquitecto francés Roger Anger, su trama urbana es circular, rodeada de un cinturón verde de 20 kilómetros, aproximadamente. En el centro tiene una gran esfera -Matrimandir-, que contiene una enorme sala de meditación con muros de mármol blanco por la que se filtran los rayos solares mediante un sistema de espejos en el techo. La estructura simboliza el nacimiento de una nueva conciencia. El Matrimandir esta ahí para aquellos que quieren aprender a concentrarse en silencio.

Esta ciudad de 2000 habitantes -la meta es que vivan 50.000 personas- cuenta con zonas de jardines, parcelas para la agricultura y bosques.

Compuesta por varias áreas, una está dedicada a la cultura. Abundan experiencias relacionadas con el teatro, la pintura y se promueven programas de educación permanente; otras áreas son la residencial y la industrial. Los adultos que viven en Auroville realizan programas de capacitación y entrenamiento mientras se crean empleos para las cinco mil personas que provienen de las zonas rurales aledañas.

Vivir en Auroville

La ciudad ha sido reconocida por la Unesco, entidad de la que recibe parte del sustento económico que le permite desarrollarse, y en 1988 el gobierno de la India aprobó el acta de fundación. Los residentes intentan fortalecer la autoorganización, la educación alternativa sin certificados, la propiedad comunitaria y la economía sin dinero. Para autosustentarse fabrican -junto con pobladores de zonas aledañas- objetos para energías renovables, cultivos orgánicos, confeccionan ropa, producen incienso y novedosos diseños arquitectónicos.

Desde su inauguración la ciudad, de clima subtropical, organiza actividades diversas con gente de los alrededores y el exterior, administradores estatales y locales, ONG, institutos, estudiantes (nacionales e internacionales) y da servicios de consultoría. El estado de Tamil Nadu, al que pertenece, después de ser afectado por el tsunami se puso en contacto con Auroville para que los especialistas proporcionaran dirección técnica relacionada con el diseño de refugios.

En este experimento la gente no cobra sueldo y trabaja en un proceso colectivo igualitario. Hay escuelas para todas las edades, en las que se experimentan diversos sistemas educativos, guiados por los principios introducidos por Sri Aurobindo. Se busca una enseñanza no autoritaria basada en principios de no violencia y en comunión con la naturaleza, con especial enfoque en la ecología.

Esta experiencia genera críticas y aplausos. Nadie duda de que es un microcosmos donde hombres, mujeres y niños intentan formar parte de un crisol que pretende lograr una vida en armonía. Con 38 años de historia, Auroville no es un ashram, donde se practica y estudia yoga, ni un lugar turístico; sí una curiosidad para los buscadores de nuevas experiencias comunitarias, y si bien aún tiene mucho por desarrollar, resulta una atractiva muestra de futuro posible.

Los Fundadores

Auroville fue bautizada en 1968 en honor al místico hindú Sri Aurobindo, que había fallecido en 1950. La ciudad se fundó siguiendo las visiones de Mirra Alfassa, más conocida como la Madre, y que fue la compañera de Aurobindo.

Según Alfassa, el objetivo de la creación de la ciudad es "la existencia de una comunidad internacional, donde hombres y mujeres aprendan a vivir en paz y armonía, más allá de todas las creencias, opiniones políticas y nacionalidades". La idea fue presentada a la ONU y al gobierno de la India en 1965, y en 1966 la Unesco dio su apoyo al proyecto.

Alfassa nació en París en 1878. Su familia provenía de Medio Oriente, y aunque sus padres fueron ateos ella dedicó su vida a temas relacionados con la espiritualidad. Cuando conoció a Aurobindo, reconoció en él a una persona que aparecía constantemente en sus sueños y que había confundido con una divinidad. Murió en 1973.

Por su parte, Aurobindo, autor, entre otros libros, de El ideal de la unidad humana , nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872. Estudió desde pequeño arte y literatura en Inglaterra, y volvió a la India para apoyar a Gandhi y a Rabindranath Tagore en el movimiento de liberación e independencia de su país. Fue encarcelado y al salir de la prisión se retiró de la vida pública.

Comenzó a escribir sobre filología, sociología, historia y yoga. En el mundo es reconocido como un maestro y en la India acuñaron una moneda con su lema Toda la vida es yoga .

Copyright S. A. LA NACION 2006. Todos los derechos reservados.

04 noviembre 2006

ECOFILOSOFÍA Y NEUROFILOSOFÍA:


Visiones concurrentes en la búsqueda de un socialismo de nuevo tipo

Por Oscar Fernández

Si bien es cierto que las derivaciones meta cognitivas del pensamiento complejo nos lleva a pensar en múltiples posibles vías de asociación signito-simbólica en torno al hecho político; la existencia de los paradigmas eco y neuro, recién comienzan a sonar en el multiverso del pensamiento contemporáneo. Tomando en cuento que todo lo que existe se puede y debe relacionarse entre sí. Hoy les traigo el como lo neuro también es asociativo a lo eco y viceversa.

Sin embargo sería conveniente recordar ¿que entendemos por ecofilosofía y por neurofilosofía?:

¿qué es la Ecofilosofía?

En primer lugar, no se trata de una suerte de fundamentalismo del tipo "ecología profunda", o con la característica de utilitarismo materialista de quienes de definen como "ecologistas", sean los Verdes, el Instituto de Ecología Política u otros afines, y finalmente, tampoco se relaciona directamente con las acciones -en general admirables-, de organizaciones como Green Peace o Codeff en Chile.
En realidad es casi todo lo contrario.
Se trata de intentar pensar cómo deberíamos pensar para llegar a vivir armónicamente entre nosotros y en relación al Planeta.
Se trata de -en palabras de Gregory Bateson-, dar "Pasos hacia una Ecología de la Mente", es decir, hacia la comprensión del modo en que nuestras ideas y juicios determinan la "realidad" en que vivimos, y afectan al Planeta.
Se trata de buscar perspectivas más amplias y horizontes más lejanos, que nos ayuden a repensar y repensarnos como especie, para encontrar algunas respuestas viables a la crisis en que nos tiene sumidos el Materialismo, y de la cual sólo es posible escapar si somos capaces de generar una alternativa válida y contrapuesta”. (Tomado de la sección de ecofilosofía de la revista acción chilena

http://www.accionchilena.cl/Ecofilosofia/Default.htm

La necesidad de buscar en el ambiente un correlato que se complemente armónicamente con la vida en sociedad es el espíritu fundante de la ecofilosofía; la cual, como la ecología, como la vida misma, se equilibra homeostáticamente y se autoorganiza sinérgicamente. Siempre y cuando los elementos que constituyen el ecosistema de ideas se encuentren en un rango de libertad tolerable por dicho sistema.

En relación a la neurofilosofía no encuentro en la red una definición; sin embargo por razones propias del texto en cuestión y con algunas citas de apoyo intentaremos armar una.

La neurofilosofía, representa la existencia de otro paradigma el cual puede ser visto desde la existencia y surgimiento del conocimiento a partir de los elementos informáticos o desde los sistemas neuronales. En tal sentido encontramos a las neurociencias, a los informáticos, a la gente que trabaja con inteligencia artificial e incluso hasta una dimensión de entes esotéricos que pretenden explicar el mundo espiritual desde una suerte de neuroteología. En consecuencia la neurofilosofía representa como la ecofilosofía toda una multiversidad de encuentros armónicos y disarmónicos que constituyen lo que llamamos vida.

(textos de apoyo:

http://sindominio.net/~xabier/textos/epist_nat/epist_nat.html
#SECTION000120000000000000000

http://www.claudiogutierrez.com/

Pero ¿como ir de la ecofilosofía a la neurofilosofía?

¿Son compatibles?

¿Pertenecen a las mismas coordenadas lógicas de conectividad filosóficas?

¿Es posible?
¿Es necesario?
¿Y en consecuencia, conducirá esto a la comprensión y posterior construcción del socialismo que deseamos?
Las respuestas no pueden ser ni serán nunca recetas mágicas, sin embargo trataré de aportar algunos elementos para la comprensión de esto.

• Lo eco y lo neuro pueden ser concurrentes y complementarios, si el ecosistema produce un grado de satisfacción que estimule la producción de dopamina a nivel del neurosistema colectivo, estaríamos hablando entonces de una integración eco-neuro, y si además esta relación se equilibra y se mantiene en el tiempo hablaríamos entonces de una relación ecológicamente estable, que sería capaz de autoorganizarse. Todo esto es solo una especulación. Pero quién sabe, tal vez no estemos lejos de comprobarlo empíricamente. Seguiremos en la búsqueda del socialismo que queremos.

• Si el ambiente externo se equilibra con el interno lo eco y lo neuro serían uno.

• De donde viene el pensamiento, de la estimulación con la naturaleza, o del ejercicio razonable, pues tal vez la respuesta sea ambas o ninguna.

• Pero sea lo que sea placer neuronal y satisfacción ecológica me suenan igual.


HACIA UNA REVOLUCION ÉTICA VERDADERA


Daimon y Ethos
Por Leonardo Boff
2003-06-27

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Tal vez los lectores se extrañen por estas dos palabras griegas. Pero ellas nos permiten acercanos a un tema urgente: el rescate de los fundamentos de la ética, que se contrapone al descontrol ético actual, especialmente cuando jefes de Estado utilizan la mentira para engañar a su pueblo y ganarlo para la perversidad de la guerra.

En primer lugar, cabe decir que «daimon», en griego clásico, no es demonio, sino, al contrario, el ángel bueno, el genio protector. Y «ethos» no es principalmente ética, sino la morada, la casa humana. Heráclito, genial filósofo presocrático (500 a.C.), unió las dos palabras en el aforismo 119: «el ethos es el daimon del ser humano», o sea, «la casa es el ángel protector del ser humano». Esta formulación esconde la clave para toda una construcción ética. Pero expliquémonos, porque eso no es inmediatamente comprensible.

Ethos/casa no son simplemente las cuatro paredes y el techo. Es el conjunto de las relaciones que el ser humano establece: con el medio natural, separando un pedazo de él para que sea su morada; con los que habtitan en la casa, para que sean cooperativos y pacíficos; con un pequeño lugar sagrado, donde guardamos memorias queridas, la vela que arde o los santos de nuestra devoción; y con los vecinos, para que haya mutua ayuda y gentileza. Casa es todo eso; es un modo de ser de las personas y de las cosas.

La casa, para ser tal, debe tener un buen astral. Eso lo proporciona el daimon, el genio bienhechor. El bien que él inspira hace de las cuatro pareces y del conjunto de las relaciones, una morada humana. Ahí nos sentimos bien, amamos y morimos.

El daimon/ángel bueno, ¿qué es? Sócrates, que siempre se dejaba orientar por él, lo llama «voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior», o también «señal de Dios». Es la voz de la interioridad, aquel consejero de la conciencia que disuade o estimula, aquel sentimiento de lo conveniente y de lo justo en las palabras y en los actos, que se anuncia en todas las circunstancias de la vida, pequeñas o grandes. Todos posseen el daimon interior, ese ángel protector que nos aconeseja siempre, un dato tan objetivo como la libido, la inteligencia, el amor o el poder.

Como se comprende, Heráclito, como buen filósofo, deja atrás el sentido convencional de las palabras y capta su significación escondida: la casa (ethos) acaba siendo la ética, y el ángel bueno (daimon), la inspiración para su vivencia.

Ser fieles a ese ángel bueno hace que moremos bien en la casa, la individual, la ciudad, el país y el planeta Tierra, la Casa Común. Todo lo que hagamos para que se pueda morar juntos bien (felicidad) es ético y bueno; lo contrario es antiético y malo.

Hay una especie de tragedia en nuestra historia: el daimon fue olvidado. En su lugar, los filósofos como Platón y Aristóteles, Kant y Habermas, propusieroon sistemas éticos, con normas tenidas por universales. La voz del ángel bueno no deja de hablar, pero es confundida con las mil otras voces, de las religiones, de las Iglesias, de los Estados y de otros maestros…

Si quisiéramos una revolución ética duradera debemos librar el daimon y comenzar a escucharlo de nuevo. En definitiva, ése es el buen sentido ético. Él nos sugerirá cómo ordenar la casa que es la ciudad, el Estado y la Casa Común planetaria. No hay otra salida.

¿Es utopía? Sí, pero es la dirección correcta que apunta al camino verdadero. Escuchar al daimon produce paz general y hace que surja el cuidado para con todas las cosas.

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