01 junio 2006

FUNDACION ESPIRITUAL DE LA ARGENTINA


4 DE DICIEMBRE DE 2004
Cosmovisión oriental basada en el I-Ching




Texto: Ludovica Squirru

Ya se aproxima el equinoccio donde algunas personas sentimos su influencia en la conciencia de lo que nos animemos a ofrendar.

Mi entusiasmo crece día a día mientras me preparo para la idea o sueño que tuve hace un tiempo de fundar astrológicamente el país donde encarné, vivo y siento parte de mi crecimiento humano, espiritual y evolutivo.

Idea que creció como miles de afluentes al mar o al lago.

Mi experiencia, viajes y situaciones personales me llevaron a buscar una fecha que fuera propicia en este najt (tiempo-espacio)Convoqué a los nahuales (espíritus protectores), y guiada por Osho, cabra de agua sagitario, solté las redes al espacio sideral para que los expertos en las cosmovisiones maya, mapuche, oriental y solar dieran su opinión al respecto.

La Argentina necesita una inyección de vida, aliento, esperanza, que provenga de una buena aspectación cósmico telúrica. Y el proyecto existe en cada persona de cualquier lugar del país y del mundo que crea que somos parte del universo, que nuestros destinos están relacionados con una memoria planetaria y celeste además de la influencia terrestre, genética, social y material que nos permite desenvolvernos en el mundo.

Estamos arando nuestra tierra para sembrar un presente donde sintamos que todo sueño es posible. Argentina, este exótico paraje donde vivir es un entrenamiento acelerado de metamorfosis y aprendizaje sin diplomas, nos da la posibilidad de diseñar una vida similar a la de las tribus primitivas y la de la Matrix, en un abanico de posibilidades.

Esta idea de renacer o sentir que estamos bajo un cielo protector debido a que en la tierra no tenemos a nadie que nos garantice ninguna seguridad, es una buena señal.Descuidar el origen de un pueblo, nación o país es un karma muy difícil de revertir. Se necesita gente con conciencia planetaria y humana, con ganas de apostar Venimos anestesiados de “allá lejos y hace tiempo” cuando la mayoría de los historiadores resolvió que el inicio de este país es a partir de la llegada de Juan Díaz de Solís, Pedro de Mendoza y, después, de la Primera Junta o el Triunvirato, que decidirían el destino nacional hasta la eternidad.

¿Quién determina cuándo nace un pueblo, nación o país?

El cronos o quienes son huéspedes en un territorio que estaba habitado miles de años antes por los indígenas. Es por eso que podemos elegir con qué tendencia nos quedamos o qué campana escuchamos cuando nos toquen el gong. A esta altura del viaje en el que estamos los seres humanos en la tierra y en el país donde nos toque vivir, lo más sensato es aceptar lo que estuvo en el origen, el inicio, y fue borrado de un certero golpe en la memoria genética, pero no universal, para seguir dilucidando esta ecuación de intuir el futuro o poder hacer una predicción.

Argentina es un espacio en la tierra que tiene una vibración que determina su presente. Y esta onda depende de todos los seres inanimados y animados que lo habitamos; desde una roca del segundo plegamiento hasta el más bello ser humano.

Esta cosmovisión es compartida por quienes viven en este suelo hace miles de años, en equilibrio y armonía con los ciclos lunares, solares, planetarios, y respetan cada manifestación de vida. Vivir en nuestro país es una oportunidad que en este tiempo debemos sobrevaluar. Me pregunto en estos días cuál es el origen cósmico del país. ¿Alguien habrá pensado, al declarar la independencia como inicio de destino, en nuestro origen galáctico, en la influencia de las estrellas, planetas, ciclos del tiempo para iniciar un rumbo como nación?

Mi idea es proponer la refundación espiritual de la Argentina para transmutar el pasado estar en el presente conscientes, y sentirnos capaces de reinventar el país a partir de nuestro click, cambio interior, actitud y alineación y balanceo cósmico.la fecha es el 4 de diciembre del 2004.

Las razones están desarrolladas por cada especialista en su campo: astrología asirio caldea solar, cosmovisiones maya y mapuche, y astrología oriental basada en el i-ching, la iluminación de Osho, que es cabra y sagitario, que me sopló al oído la idea de compartir una celebración para quienes apostamos al cambio energético de la biósfera planetaria y de conciencia a partir del camino que estamos transitando.

Estoy envuelta en un halo desde que supe que seríamos más de dos los que compartiremos esta fecha, en el lugar donde estemos, con quienes tengan la misma sintonía, de la mejor manera posible. meditando, bailando, cantando, haciendo las paces con el mundo, integrando lo que somos y traemos, sin expectativas milagrosas, de las que debemos desapegarnos para siempre, para conectarnos con la realidad de una existencia llena de milagros que no vemos pues estamos ciegos, sordos y mudos. Intoxicados por malas influencias, ondas que contaminan nuestro espíritu, psiquis y cabeza, alejados del origen al cual retornaremos si nos desprendemos, en un acto de fe, de lo que nos atrasa en la evolución y el camino hacia la verdad, que es una, y apenas la intuimos cuando nos aquietamos en medio de la vorágine en la que nos enredamos sin darnos cuenta. Llegar a esta fecha es el camino de toda mi vida.

Es un sueño compartido nacido en las visitas que hago mirando y sintiendo el cielo de los lugares que conocí gracias a ustedes, que me alentaron en la misión de empleada del cosmos con varias sucursales en la tierra donde dejo mis experiencias tatuadas en sus corazones siempre dispuestos a escuchar y compartir lo que nadie se anima, por miedo, prejuicios o desconocimiento de nuestra raza humana.

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