La evolución de la conciencia / Ervin Laszlo
Extraído del Discurso Conmemorativo del profesor Ervin Laszlo ante la Fundación Goi (Goi Peace Foundation) en Tokio, al recibir el Premio Goi para la Paz de 2001.
El catedrático Ervin Laszlo, escritor y presidente del Club de Budapest, ha hecho un llamamiento para una nueva ética planetaria. Afirma que la adopción de una nueva ética planetaria requiere una mentalidad nueva, una conciencia más evolucionada. Le da el nombre de conciencia planetaria.
La conciencia planetaria es una conciencia holística que integra una visión del ser humano, la sociedad, la vida y el universo. En el ámbito personal, supone ser consciente de que un comportamiento social y medioambientalmente destructivo es indeseable e inaceptable. En lo que respecta a la sociedad, se trata de ser consciente de que el resto de las personas, vecinos o habitantes de otros países son parte integrante de la familia humana.
Con referencia a la Naturaleza, es ser consciente de que no podemos hacer nada a la comunidad de formas de vida que habitan la Tierra since ser afectados también. Para los individuos, la conciencia planetaria significa formas de vida, hábitos de consumo, comportamientos cívicos y aspiraciones profesionales más sencillos y responsables. En el mundo empresarial, significa asumir responsabilidad por el medio ambiente y el bienestar de todos los empleados y otras personas afectadas por las actividades de la empresa, no sólo el de accionistas y directivos.
En el ámbito político, la conciencia planetaria significa preocuparse por el desarrollo independiente de comunidades, estados y naciones desde la base, además de por la evolución sostenible de la red de interdependencias que envuelve a comunidades, estados, naciones y a la comunidad mundial.
En los medios de comunicación, la conciencia planetaria supone la promesa de proporcionar un flujo duradero y fiable de información que explique la situación del mundo y sus comunidades, de manera que las personas puedan descubrir valores y comportamientos nuevos y más apropiados.
La conciencia planetaria no es utópica. Aunque los titulares de los medios de comunicación hablan de atentados terroristas, guerras y violencia, existe también una corriente significativa, aunque por ahora poco conocida, que crece en la sociedad. Cada vez más personas cambian sus preferencias, prioridades, valores y creencias: evolucionan sus conciencias. Empiezan a rechazar los estilos de vida caracterizados por lo material, lo ostentoso, lo que desperdicia energía, para adoptar estilos de vida basados en la sencillez voluntaria y la búsqueda de armonía con la Naturaleza. Sus aspiraciones evolucionan desde el consumo desenfrenado hacia una actitud selectiva basada en la calidad y definida por la preocupación medioambiental, la sostenibilidad y la producción y el consumo responsables.
Esta corriente discreta es de gran importantia y muy prometedora. Se produce en todos los segmentos de la sociedad; sobre todo en culturas emergentes muy comprometidas con la búsqueda de nuevos patrones de consumo y nuevos estilos de vida en los que la gente asume más responsabilidad en sus vidas. La mayor parte de estas culturas apenas se palpa, dado que sus miembros realizan sus quehaceres diarios sin llamar la atención ni intentar convertir a los demás. Sin embargo, según el investigador de opinión pública Paul Ray, los ‘creadores de culturas’ que presentan la nueva conciencia suman cincuenta millones de adultos sólo en Estados Unidos. En Europa pueden llegar a los ochenta millones. Compran más libros y revistas, escuchan más radio y ven menos televisión que los demás grupos; participan en actividades cívicas y medioambientales y exigen conocer el ‘proceso entero’ de producción de los artículos que compran, sin aceptar anuncios y descripciones superficiales de productos: ! quieren saber de dónde proceden, cómo se han hecho, quién los ha hecho y qué les pasará una vez desechados. Quieren productos y servicios reales y auténticos y encabezan la rebelión del consumidor contra artículos que consideran falsificaciones, imitaciones, desechables, tópicos o simplemente de moda. No compran los últimos artilugios e innovaciones que salen al mercado sin más, sino que buscan productos que amplíen sus conocimientos. Muchos de ellos son consumidores del ‘sector de las experiencias’, que ofrece actividades intensas, instructivas o estimulantes en lugar de productos específicos (talleres de fin de semana, convivencias espirituales, actividades que enfocan el crecimiento personal, vacaciones que ofrecen experiencias especiales ...). Su visión de la vida y la Naturaleza es holística y se expresa en su preferencia por los alimentos integrales, terapias de salud holísticas, búsqueda y evolución interior, información integral y equilibrio holístico entre trabajo y! ocio, consumo y crecimiento personal.
Aparece una nueva conciencia en todo el mundo, de Este a Oeste y de Norte a Sur. La difusión de esta conciencia es un factor humano crucial para lograr una paz duradera. Las personas con conciencia planetaria se arman de voluntad y hacen evolucionar la visión para adoptar una ética planetaria, independientemente de si son pobres o gozan de un bienestar material. Esta ética, adoptada y practicada por un gran número de habitantes del planeta, podría corregir gran parte de los males del mundo, creando más justicia y bienestar. Finalmente, la evolución de la conciencia humana es la mejor manera de romper el círculo vicioso en el que la falta de paz interior impide la creación de una paz exterior que, a su vez, es un prerrequisito de la paz interior.
Cada individuo puede dar el primer paso hacia la paz mundial logrando la paz interior mediante la evolución de su conciencia. Cuando la conciencia de las naciones y culturas haya evolucionado a un nivel más alto, la ética planetaria será adoptada por una masa crítica de personas y se creará una paz duradera en la Tierra; una paz que no equivalga únicamente a la ausencia de violencia, terrorismo y guerra, sino a la expresión de un espíritu acorde con el corazón y la mente de la especie que se hace llamar homo sapiens.
El catedrático Ervin Laszlo, escritor y presidente del Club de Budapest, ha hecho un llamamiento para una nueva ética planetaria. Afirma que la adopción de una nueva ética planetaria requiere una mentalidad nueva, una conciencia más evolucionada. Le da el nombre de conciencia planetaria.
La conciencia planetaria es una conciencia holística que integra una visión del ser humano, la sociedad, la vida y el universo. En el ámbito personal, supone ser consciente de que un comportamiento social y medioambientalmente destructivo es indeseable e inaceptable. En lo que respecta a la sociedad, se trata de ser consciente de que el resto de las personas, vecinos o habitantes de otros países son parte integrante de la familia humana.
Con referencia a la Naturaleza, es ser consciente de que no podemos hacer nada a la comunidad de formas de vida que habitan la Tierra since ser afectados también. Para los individuos, la conciencia planetaria significa formas de vida, hábitos de consumo, comportamientos cívicos y aspiraciones profesionales más sencillos y responsables. En el mundo empresarial, significa asumir responsabilidad por el medio ambiente y el bienestar de todos los empleados y otras personas afectadas por las actividades de la empresa, no sólo el de accionistas y directivos.
En el ámbito político, la conciencia planetaria significa preocuparse por el desarrollo independiente de comunidades, estados y naciones desde la base, además de por la evolución sostenible de la red de interdependencias que envuelve a comunidades, estados, naciones y a la comunidad mundial.
En los medios de comunicación, la conciencia planetaria supone la promesa de proporcionar un flujo duradero y fiable de información que explique la situación del mundo y sus comunidades, de manera que las personas puedan descubrir valores y comportamientos nuevos y más apropiados.
La conciencia planetaria no es utópica. Aunque los titulares de los medios de comunicación hablan de atentados terroristas, guerras y violencia, existe también una corriente significativa, aunque por ahora poco conocida, que crece en la sociedad. Cada vez más personas cambian sus preferencias, prioridades, valores y creencias: evolucionan sus conciencias. Empiezan a rechazar los estilos de vida caracterizados por lo material, lo ostentoso, lo que desperdicia energía, para adoptar estilos de vida basados en la sencillez voluntaria y la búsqueda de armonía con la Naturaleza. Sus aspiraciones evolucionan desde el consumo desenfrenado hacia una actitud selectiva basada en la calidad y definida por la preocupación medioambiental, la sostenibilidad y la producción y el consumo responsables.
Esta corriente discreta es de gran importantia y muy prometedora. Se produce en todos los segmentos de la sociedad; sobre todo en culturas emergentes muy comprometidas con la búsqueda de nuevos patrones de consumo y nuevos estilos de vida en los que la gente asume más responsabilidad en sus vidas. La mayor parte de estas culturas apenas se palpa, dado que sus miembros realizan sus quehaceres diarios sin llamar la atención ni intentar convertir a los demás. Sin embargo, según el investigador de opinión pública Paul Ray, los ‘creadores de culturas’ que presentan la nueva conciencia suman cincuenta millones de adultos sólo en Estados Unidos. En Europa pueden llegar a los ochenta millones. Compran más libros y revistas, escuchan más radio y ven menos televisión que los demás grupos; participan en actividades cívicas y medioambientales y exigen conocer el ‘proceso entero’ de producción de los artículos que compran, sin aceptar anuncios y descripciones superficiales de productos: ! quieren saber de dónde proceden, cómo se han hecho, quién los ha hecho y qué les pasará una vez desechados. Quieren productos y servicios reales y auténticos y encabezan la rebelión del consumidor contra artículos que consideran falsificaciones, imitaciones, desechables, tópicos o simplemente de moda. No compran los últimos artilugios e innovaciones que salen al mercado sin más, sino que buscan productos que amplíen sus conocimientos. Muchos de ellos son consumidores del ‘sector de las experiencias’, que ofrece actividades intensas, instructivas o estimulantes en lugar de productos específicos (talleres de fin de semana, convivencias espirituales, actividades que enfocan el crecimiento personal, vacaciones que ofrecen experiencias especiales ...). Su visión de la vida y la Naturaleza es holística y se expresa en su preferencia por los alimentos integrales, terapias de salud holísticas, búsqueda y evolución interior, información integral y equilibrio holístico entre trabajo y! ocio, consumo y crecimiento personal.
Aparece una nueva conciencia en todo el mundo, de Este a Oeste y de Norte a Sur. La difusión de esta conciencia es un factor humano crucial para lograr una paz duradera. Las personas con conciencia planetaria se arman de voluntad y hacen evolucionar la visión para adoptar una ética planetaria, independientemente de si son pobres o gozan de un bienestar material. Esta ética, adoptada y practicada por un gran número de habitantes del planeta, podría corregir gran parte de los males del mundo, creando más justicia y bienestar. Finalmente, la evolución de la conciencia humana es la mejor manera de romper el círculo vicioso en el que la falta de paz interior impide la creación de una paz exterior que, a su vez, es un prerrequisito de la paz interior.
Cada individuo puede dar el primer paso hacia la paz mundial logrando la paz interior mediante la evolución de su conciencia. Cuando la conciencia de las naciones y culturas haya evolucionado a un nivel más alto, la ética planetaria será adoptada por una masa crítica de personas y se creará una paz duradera en la Tierra; una paz que no equivalga únicamente a la ausencia de violencia, terrorismo y guerra, sino a la expresión de un espíritu acorde con el corazón y la mente de la especie que se hace llamar homo sapiens.
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