LA CIUDAD QUE INTENTA SER PERFECTA
Por María Teresa Morresi
02/11/06
Carl Sagan decía que es preciso invertir en ciudades experimentales para crear sistemas innovadores capaces de proponer diferentes formas de convivencia, educación, trabajo y arquitectura, experiencias que permitan mejorar la calidad de vida de la gente y servir como modelos replicables o inspiradores.
Uno de esos espacios que abraza la fantasía humana como lugar ideal es Auroville, ciudad también llamada de la luz y de la aurora , al sur de la India, a diez kilómetros de Pondicherry.
Fue inaugurada el 28 de febrero de 1968, en presencia del presidente de la India, en una ceremonia en la que jóvenes representantes de 124 países y 23 estados de esa nación colocaron un puñado de su tierra natal en una urna, como símbolo de unidad.
Esta es una prueba piloto para crear una ciudad que promueva un sistema comunitario en el que prevalezca la importancia del ser más que del tener, la espiritualidad en los vínculos y la fraternidad. Su fin es crear propuestas que favorezcan un entendimiento global por medio del reconocimiento de la diversidad de culturas.
Ambicioso proyecto, Auroville se inspira en los pensamientos del filósofo y poeta Sri Aurobindo (ver recuadro adjunto).
La ciudad
Diseñada por el arquitecto francés Roger Anger, su trama urbana es circular, rodeada de un cinturón verde de 20 kilómetros, aproximadamente. En el centro tiene una gran esfera -Matrimandir-, que contiene una enorme sala de meditación con muros de mármol blanco por la que se filtran los rayos solares mediante un sistema de espejos en el techo. La estructura simboliza el nacimiento de una nueva conciencia. El Matrimandir esta ahí para aquellos que quieren aprender a concentrarse en silencio.
Esta ciudad de 2000 habitantes -la meta es que vivan 50.000 personas- cuenta con zonas de jardines, parcelas para la agricultura y bosques.
Compuesta por varias áreas, una está dedicada a la cultura. Abundan experiencias relacionadas con el teatro, la pintura y se promueven programas de educación permanente; otras áreas son la residencial y la industrial. Los adultos que viven en Auroville realizan programas de capacitación y entrenamiento mientras se crean empleos para las cinco mil personas que provienen de las zonas rurales aledañas.
Vivir en Auroville
La ciudad ha sido reconocida por la Unesco, entidad de la que recibe parte del sustento económico que le permite desarrollarse, y en 1988 el gobierno de la India aprobó el acta de fundación. Los residentes intentan fortalecer la autoorganización, la educación alternativa sin certificados, la propiedad comunitaria y la economía sin dinero. Para autosustentarse fabrican -junto con pobladores de zonas aledañas- objetos para energías renovables, cultivos orgánicos, confeccionan ropa, producen incienso y novedosos diseños arquitectónicos.
Desde su inauguración la ciudad, de clima subtropical, organiza actividades diversas con gente de los alrededores y el exterior, administradores estatales y locales, ONG, institutos, estudiantes (nacionales e internacionales) y da servicios de consultoría. El estado de Tamil Nadu, al que pertenece, después de ser afectado por el tsunami se puso en contacto con Auroville para que los especialistas proporcionaran dirección técnica relacionada con el diseño de refugios.
En este experimento la gente no cobra sueldo y trabaja en un proceso colectivo igualitario. Hay escuelas para todas las edades, en las que se experimentan diversos sistemas educativos, guiados por los principios introducidos por Sri Aurobindo. Se busca una enseñanza no autoritaria basada en principios de no violencia y en comunión con la naturaleza, con especial enfoque en la ecología.
Esta experiencia genera críticas y aplausos. Nadie duda de que es un microcosmos donde hombres, mujeres y niños intentan formar parte de un crisol que pretende lograr una vida en armonía. Con 38 años de historia, Auroville no es un ashram, donde se practica y estudia yoga, ni un lugar turístico; sí una curiosidad para los buscadores de nuevas experiencias comunitarias, y si bien aún tiene mucho por desarrollar, resulta una atractiva muestra de futuro posible.
02/11/06
Carl Sagan decía que es preciso invertir en ciudades experimentales para crear sistemas innovadores capaces de proponer diferentes formas de convivencia, educación, trabajo y arquitectura, experiencias que permitan mejorar la calidad de vida de la gente y servir como modelos replicables o inspiradores.
Uno de esos espacios que abraza la fantasía humana como lugar ideal es Auroville, ciudad también llamada de la luz y de la aurora , al sur de la India, a diez kilómetros de Pondicherry.
Fue inaugurada el 28 de febrero de 1968, en presencia del presidente de la India, en una ceremonia en la que jóvenes representantes de 124 países y 23 estados de esa nación colocaron un puñado de su tierra natal en una urna, como símbolo de unidad.
Esta es una prueba piloto para crear una ciudad que promueva un sistema comunitario en el que prevalezca la importancia del ser más que del tener, la espiritualidad en los vínculos y la fraternidad. Su fin es crear propuestas que favorezcan un entendimiento global por medio del reconocimiento de la diversidad de culturas.
Ambicioso proyecto, Auroville se inspira en los pensamientos del filósofo y poeta Sri Aurobindo (ver recuadro adjunto).
La ciudad
Diseñada por el arquitecto francés Roger Anger, su trama urbana es circular, rodeada de un cinturón verde de 20 kilómetros, aproximadamente. En el centro tiene una gran esfera -Matrimandir-, que contiene una enorme sala de meditación con muros de mármol blanco por la que se filtran los rayos solares mediante un sistema de espejos en el techo. La estructura simboliza el nacimiento de una nueva conciencia. El Matrimandir esta ahí para aquellos que quieren aprender a concentrarse en silencio.
Esta ciudad de 2000 habitantes -la meta es que vivan 50.000 personas- cuenta con zonas de jardines, parcelas para la agricultura y bosques.
Compuesta por varias áreas, una está dedicada a la cultura. Abundan experiencias relacionadas con el teatro, la pintura y se promueven programas de educación permanente; otras áreas son la residencial y la industrial. Los adultos que viven en Auroville realizan programas de capacitación y entrenamiento mientras se crean empleos para las cinco mil personas que provienen de las zonas rurales aledañas.
Vivir en Auroville
La ciudad ha sido reconocida por la Unesco, entidad de la que recibe parte del sustento económico que le permite desarrollarse, y en 1988 el gobierno de la India aprobó el acta de fundación. Los residentes intentan fortalecer la autoorganización, la educación alternativa sin certificados, la propiedad comunitaria y la economía sin dinero. Para autosustentarse fabrican -junto con pobladores de zonas aledañas- objetos para energías renovables, cultivos orgánicos, confeccionan ropa, producen incienso y novedosos diseños arquitectónicos.
Desde su inauguración la ciudad, de clima subtropical, organiza actividades diversas con gente de los alrededores y el exterior, administradores estatales y locales, ONG, institutos, estudiantes (nacionales e internacionales) y da servicios de consultoría. El estado de Tamil Nadu, al que pertenece, después de ser afectado por el tsunami se puso en contacto con Auroville para que los especialistas proporcionaran dirección técnica relacionada con el diseño de refugios.
En este experimento la gente no cobra sueldo y trabaja en un proceso colectivo igualitario. Hay escuelas para todas las edades, en las que se experimentan diversos sistemas educativos, guiados por los principios introducidos por Sri Aurobindo. Se busca una enseñanza no autoritaria basada en principios de no violencia y en comunión con la naturaleza, con especial enfoque en la ecología.
Esta experiencia genera críticas y aplausos. Nadie duda de que es un microcosmos donde hombres, mujeres y niños intentan formar parte de un crisol que pretende lograr una vida en armonía. Con 38 años de historia, Auroville no es un ashram, donde se practica y estudia yoga, ni un lugar turístico; sí una curiosidad para los buscadores de nuevas experiencias comunitarias, y si bien aún tiene mucho por desarrollar, resulta una atractiva muestra de futuro posible.
Los Fundadores
Auroville fue bautizada en 1968 en honor al místico hindú Sri Aurobindo, que había fallecido en 1950. La ciudad se fundó siguiendo las visiones de Mirra Alfassa, más conocida como la Madre, y que fue la compañera de Aurobindo.
Según Alfassa, el objetivo de la creación de la ciudad es "la existencia de una comunidad internacional, donde hombres y mujeres aprendan a vivir en paz y armonía, más allá de todas las creencias, opiniones políticas y nacionalidades". La idea fue presentada a la ONU y al gobierno de la India en 1965, y en 1966 la Unesco dio su apoyo al proyecto.
Alfassa nació en París en 1878. Su familia provenía de Medio Oriente, y aunque sus padres fueron ateos ella dedicó su vida a temas relacionados con la espiritualidad. Cuando conoció a Aurobindo, reconoció en él a una persona que aparecía constantemente en sus sueños y que había confundido con una divinidad. Murió en 1973.
Por su parte, Aurobindo, autor, entre otros libros, de El ideal de la unidad humana , nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872. Estudió desde pequeño arte y literatura en Inglaterra, y volvió a la India para apoyar a Gandhi y a Rabindranath Tagore en el movimiento de liberación e independencia de su país. Fue encarcelado y al salir de la prisión se retiró de la vida pública.
Comenzó a escribir sobre filología, sociología, historia y yoga. En el mundo es reconocido como un maestro y en la India acuñaron una moneda con su lema Toda la vida es yoga .
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